Cómo enseñar a un bebé a dormir toda la noche sin interrupciones
¿Qué puedo hacer para que mi bebé duerma toda la noche?
Durante los primeros meses de vida de un bebé, se considera que dormir seis horas ininterrumpidas es "dormir toda la noche".
Al final del primer año, la mayoría de los bebés duermen de 10 a 12 horas por la noche. Puedes comenzar por regular los patrones de sueño de tu bebé y enseñarle buenos hábitos de sueño desde el principio.
Sin embargo, ten en cuenta que realmente no puedes hacer nada para controlar los patrones de sueño de un recién nacido, porque durante sus primeros días de vida dormirá en el momento y en el lugar en que lo desee: si está cansado, nada lo mantendrá despierto, y si no está cansado, no habrá quien lo duerma.
Pero desde el primer día puedes: • Darle a tu hijo un "objeto de transición". Lo más probable es que este objeto — ya sea una cobija (manta) fina, un pañuelito o un animalito de peluche — se convierta en una posesión muy preciada que ayudará a tu hijo a calmarse y a dormirse. Una forma estupenda de hacer que una cobija o un osito de peluche se conviertan en objetos favoritos es mantenerlos cerca de ti un rato para que tengan el "olor a mamá".
Los bebés tienen un sentido del olfato muy desarrollado, y cuando se sobresaltan y se despiertan, lo cual sucede a menudo durante la noche, el hecho de tener cerca el olor de sus mamás puede ser muy reconfortante y ayudarlos a volverse a dormir.
• Hacerle distinguir entre estar dormido o sólo soñoliento. Durante la primera infancia, un bebé puede pasar rápidamente de estar soñoliento a estar alerta y despierto. Sigue las indicaciones de tu bebé: si se queda dormido mientras come o mientras van de un lado a otro, acuéstalo en un lugar designado para dormir, como un moisés, una cuna o una carreola (cochecito). Si está despierto, anímale a que continúe estándolo, y socializa con él. Si sabe distinguir entre los periodos de estar dormido y estar despierto, lo ayudarás a asociar el sueño con un lugar apropiado para dormir.
• Separar el día de la noche. Aunque los bebés acaban durmiendo más durante la noche, muchos recién nacidos mezclan el día y la noche. Para ayudar a que tu bebé aprenda a utilizar las horas de la noche para dormir durante periodos más extensos, marca la diferencia entre las siestas y la hora de irse a dormir por la noche. Por la noche, comienza a crear rituales para irse a dormir, como jugar a algo tranquilo con tu bebé, darle un bañito, ponerle el pijama, leerle un libro, cantarle una canción de cuna, mecerlo, arroparlo y apagar la luz de la habitación.
• Tratar las siestas de forma diferente. Para las siestas, no necesitas hacer estas distinciones, incluso puedes usar un moisés en una habitación que no sea el dormitorio habitual del bebé para ayudarlo a entender que el sueño del día es diferente — y más corto — que el de la noche.
• Tratar las comidas nocturnas de forma diferente que las diurnas. Como tu bebé recién nacido necesita comer día y noche, se despertará varias veces durante tus horas de sueño. Para mantener esa alimentación de la noche funcional y menos perturbadora, la Dra. Penélope Leach, en Your Baby and Child (Tu bebé y tu niño), sugiere que los padres hagan que la alimentación nocturna sea tranquila y que la alimentación diurna sea social. En otras palabras, cuando tu bebé comience a lloriquear en medio de la noche, ve hacia él de inmediato y aliméntalo antes de que se despierte por completo. Si duerme contigo, eso será aún más fácil. No hables ni enciendas la luz, simplemente mantén la atmósfera tranquila que has establecido para que comprenda que no es hora de jugar. Durante el día, haz lo contrario: trata las comidas como oportunidades para arrullar, cantar, hablar e interactuar con él.
• Alienta a un bebé más grande a quedarse dormido por sí solo. Al principio, indudablemente tu bebé se quedará dormido en tus brazos mientras lo alimentas o lo acunas. También puede quedarse dormido si lo llevas cargado en un rebozo (o sling) o una mochila frontal, porque el ritmo natural de tu paso y tu calidez lo adormecen. Pero al final lo que querrás que tu bebé se acostumbre a la idea de quedarse dormido por sí solo.
Introduce la noción gradualmente: Cuando tu bebé esté soñoliento, pero todavía no esté dormido del todo, acuéstalo. Al acostarlo cuando está despierto — y mientras se siente amado y cómodo — podrá asociar quedarse dormido con esos sentimientos. Es posible que proteste y no se duerma, pero si continúas intentándolo pronto se acostumbrará.
¿Qué significa dejar que un bebé "llore hasta rendirse"?
Durante décadas, se les dijo a los padres que la mejor manera de entrenar a un bebé que ya no necesita alimentarse durante la noche a que duerma sin interrupciones es dejar que "llore hasta rendirse". En otras palabras, acostar al bebé en la cuna, cerrar la puerta, y dejar que grite. Aunque hay algunas variantes para esta técnica, la idea general es la misma: luego de aproximadamente una semana de hacer caso omiso a sus llantos, el bebé aprenderá a quedarse dormido por sí solo. Según esta teoría, el bebé aprende que no vale la pena tomarse el trabajo de llorar tan fuerte, porque no recibe una respuesta a sus llantos que lo gratifique.
El Dr. Richard Ferber, autor de Solve Your Child's Sleep Problems (Resuelva los problemas de sueño de su hijo), defiende el enfoque más ampliamente utilizado de este método. Es importante señalar que el método Ferber no debe utilizarse con los niños menores de seis meses de edad. Ferber recomienda que los padres no dejen al bebé de repente, sino que lo reconforten periódicamente sin alzarlo de la cuna. Asegúrate de que no se haya enredado en las sábanas o que no esté sin su animal de peluche favorito, luego hazle unas caricias suaves, dile que lo amas, pero que es hora de dormir, y sal de la habitación. No enciendas las luces, no te demores ni lo cargues en tus brazos. La primera noche puedes esperar cinco minutos antes de acudir al lado de la cuna, la segunda noche 10 minutos, y así sucesivamente. Finalmente, tu bebé aprenderá a quedarse dormido por sí solo. Pero el Dr. Ferber advierte que ningún enfoque funciona para todos los bebés por igual.
¿Debemos permitir que nuestro bebé llore hasta rendirse?
Entre los padres primerizos, esta pregunta se debate acaloradamente.
¿Existe una manera más fácil y menos estresante que la llamada "Ferberización"?
Tal vez. A continuación, detallamos lo que algunos expertos del cuidado de niños dicen acerca de llorar hasta rendirse.
• Enfoque de la Dra. Penélope Leach, autora de Your Baby and Child (Tu bebé y tu niño), y muchos otros libros sobre bebés: Enfoque: "Método compasivo del llanto hasta rendirse " (Compassionate Crying It Out). Si dejas que tu bebé llore, se sentirá abandonado y sentirá miedo cuando lo dejes a la hora de dormir — y en cualquier otro momento— . Cuándo: Comenzar aproximadamente a los nueve meses; hasta ese momento, los bebés no pueden aprender realmente que la noche es sólo para dormir. Qué hacer: Dado que el objetivo es ayudar a que tu bebé sienta que la hora de dormir es segura y feliz y que pueda dormirse por sí solo, no lo abandones radicalmente. En lugar de eso, mantén el ritual para acostarlo a dormir y cuando el bebé llore entra a su habitación, tranquilízalo, y sal del cuarto. Repítelo tantas veces como sea necesario. Leach escribe: "Es posible que tengas que repetirlo una y otra vez, pero es la única manera segura de convencerlo de que vendrás, pero no lo cargarás en tus brazos".
• Enfoque del Dr. T. Berry Brazelton, autor de Touchpoints (Puntos de contacto) y de muchos otros libros sobre bebés y niños: Enfoque: "Método cariñoso del llanto hasta rendirse " (Nurturing Crying It Out). Antes de comenzar con cualquier programa de este tipo, asegúrate de que tu pareja y tú estén completamente de acuerdo. Cuándo: Depende del niño, puedes hacerlo a los seis meses o a los dos años. Brazelton impulsa a los padres a examinar sus propias motivaciones y las de sus hijos antes de comenzar con este programa. Qué hacer: Asegúrate de haber eliminado las siestas después de las 3 de la tarde, mantén un ritual relajante y cariñoso a la hora de dormir, y no tengas en brazos ni acunes al bebé para dormir.
En lugar de eso, acuéstalo cuando está despierto y quédate con él, asegurándole que estarás allí, pero que él se puede quedar dormido por sí solo. Si lo deseas, puedes despertarlo antes de que tú te vayas a dormir para alimentarlo, para no preocuparte de que pueda tener hambre después. Finalmente, prepárate para que se despierte aproximadamente cada cuatro horas. Cuando llore a gritos, ve hacia él tranquilamente y no intentes estimularlo. No lo alces ni lo acunes, pero tranquilízalo y reconfórtalo silenciosamente. Luego de que te sientas cómoda con esto, no te acerques a la cuna, pero háblale y tranquilízalo, sugiriéndole que se acurruque con su osito de peluche o con otro objeto de seguridad. Nuevamente, cuando te sientas cómoda, espera 15 minutos antes de responder a sus llantos y luego repite el paso de arriba.
• Enfoque del Dr. Benjamin Spock, autor de Baby and Childcare (El cuidado de bebés y niños) Enfoque: "Llorar hasta rendirse". Cuándo: A los tres meses. Qué hacer: Dile buenas noches y sal de la habitación. Por regla general, luego de tres noches de llantos descontrolados, el bebé comenzará a quedarse dormido por sí solo. Spock dice que la mayoría de los bebés lloran hasta 30 minutos la primera noche, se dan cuenta de que así no logran nada, y se quedan dormidos. Él escribe: "Estoy convencido de que un bebé sólo llora por enojo a esta edad... Ir a ver qué le pasa puede enfurecerlo más todavía y hacer que llore por mucho más tiempo".
• Enfoque del Dr. William Sears, autor de The Baby Book (El Libro del bebé) y otros: Enfoque: Dormir con el bebé u otras tácticas de respuesta. Él escribe: "El resultado de llorar hasta rendirse generalmente es siempre el mismo: una madre nerviosa y un bebé enojado que eventualmente se quedará dormido exhausto, ¡pero a qué precio! Nos gustaría que el enfoque de dejarlos llorar hasta rendirse desapareciera para siempre". Cuándo: Desde la infancia hasta que el niño esté listo para dormir en su propia cama. Qué hacer: Considera compartir tu cama con el bebé durante los primeros meses o años de su vida. De acuerdo con Sears, la madre y el bebé duermen más y mejor cuando están juntos, ya que el bebé recibe calor, cuidado, y un seno a su alcance si está amamantando, y se desarrolla mejor. Además, si la madre ha regresado al trabajo, dormir con ella puede ayudar al bebé a restaurar y establecer conexiones que pueden desgastarse durante el día de trabajo. Si no deseas dormir con tu bebé, puedes usar otras sugerencias de Sears para ayudar a que el niño aprenda a dormir durante la noche:
• Piensa por qué se despierta y llora de noche. Intenta escuchar sus llantos y reconfórtalo. • Comparte los deberes de consolarlo. A menudo, un bebé que amamanta quiere que Mamá esté con él por la noche, aunque ya no necesite alimentarse. Pero si Papá viene a consolarlo, puede aprender a ser reconfortado por éste, ¡y a dejar de necesitar a alguien más adelante cuando vea que no va a recibir comida! • Ofrécele un animalito de peluche o una cobija reconfortante. Ayúdalo a asociar este objeto transitorio con el sueño.
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